El alegato de Forero
El origen del Teatro Municipal de Lima está en las pasiones de la posguerra con Chile*.
El tacneño Manuel María Forero Osorio (1864-1937), diseñador, constructor y dueño hasta 1929 del Teatro Municipal de Lima, fue cónsul del Perú en Iquique entre 1908 y 1911 (1). Durante esa época se agudizó la disputa por el destino de Tacna y Arica, las "provincias cautivas". Por esa razón le tocó vivir intensamente las tensiones que mantenían Chile y Perú, tanto que el 29 de mayo de 1911 se vió obligado a huir de Iquique luego que turbas chilenas atacaran el consulado y otras propiedades peruanas (2).
Poco tiempo después, el 5 de julio de 1915, ordenó iniciar la demolición del Teatro Olimpo, escenario histórico de las tandas chicas, zarzuelas cortas muy famosas entre los limeños de aquellos tiempos. Lo hizo con el fin de construir en ese mismo lugar un nuevo teatro que, según señalara Cipriano Laos en 1927, "estuviera a la altura del progreso actual y de los prestigios artísticos y sociales de la metrópoli" (3).
Desde que fue construido en 1909, el Teatro Municipal de ese momento (el espacio escénico más antiguo de Sudamérica), hoy Teatro Segura, había recibido muchas críticas por sus discretas dimensiones. Ello y la cercanía de la celebración del centenario de la independencia, alimentaron el interés de mejorar la infraestructura cultural de la ciudad.
Ese fue el contexto general pero ¿qué tanto influyó el nacionalismo motivado por las secuelas de la Guerra con Chile en la decisión de Manuel María Forero de construir el teatro que llevó su apellido? (4) Difícil saberlo porque no dejó muchos testimonios públicos. Sin embargo, queda claro que su interés principal fue filantrópico, antes que económico: contribuir con la modernización de la ciudad. No es gratuito que haya sido inaugurado un 28 de julio. Tampoco que muchos reportajes periodísticos de la época califiquen la conducta de Manuel María como "patriota".
Por ejemplo, en la edición de la revista Mundial del 8 de febrero de 1929, haciendo una evaluación de la primera década del Teatro Forero, justo antes de su traspaso a la Municipalidad de Lima , Antonio Garland señaló lo siguiente:
"(..) si los números y los resultados económicos no fueron lo satisfactorios que podrían esperarse, allí estuvo vigilante, incansable, tenaz, alimentando luz espiritual como lámpara votiva de un ideal patriótico, el espíritu de Manuel María Forero".
Sugiero como hipótesis que el torbellino nacionalista de la época lo llevó a invertir una fortuna en esa obra. Quizá en circunstancias distintas no habría decidido gastar tanto ni buscado alimentar el ego patrio. Vale recordar que, siguiendo a Lauren Berlant (5), sentimientos como el dolor u orgulllo participan en la elaboración de los mundos políticos, forman parte de experiencias capaces de articular la vida íntima con las narraciones de "lo nacional".
Aunque el tema requiera mayor investigación, puede decirse que el origen del Teatro Municipalidad de Lima está en las pasiones de la posguerra. La retórica patriótica, exacervada durante conflictos entre países, como fue el caso, desata emociones y los emociones motivan comportamientos que no se habrían desarrollado sin su sustento o en otros contextos. Según el antropólogo Ernest Gellner "el nacionalismo engendra naciones, no a la inversa". En ese sentido, el nacionalismo de la "República Aristocrática" contribuyó a engendrar al Teatro Forero.
Forero en la FIL
El 29 de julio de 2015 fui a la Feria del Libro de Lima (FIL) y me crucé con residuos de esta historia al encontrar en venta un libro que fue propiedad de Manuel María Forero. Por supuesto, lo compré. Publicado en 1925, contiene el alegato del Perú presentado al presidente de los Estados Unidos, árbitro del Protocolo de Arbitraje , firmado por Chile y Perú en 1922 con el fin de encontrar una salida a la controversia sobre la propiedad de Tacna y Arica.
Seguramente alguna vez Manuel María, antes de ir o depués de regresar de las funciones del Teatro, mientras consultaba el libro, recordó aquella noche en la que arrancaron y destrozaron el escudo del consulado peruano en Iquique o su vida cotidiana en Tacna, marcada por la "chilenización" (6).
Vale el arrebato de imaginación y la anécdota para volver sobre los orígenes del Teatro Municipal de Lima que ya cumplió 95 años. También para hacer memoria de un gran peruano, como tanto otros olvidados por la historia y la prensa, cuyas decisiones disfrutamos sin conocer sus motivaciones.
(1) En la construcción del Teatro Forero no solo intervino Manuel María Forero sino también todos sus hermanos. Sin embargo, él fue quien lideró la iniciativa. La familia Forero Osorio es tacneña y desciende de Manuel María Forero y Segura, coronel colombiano del Ejercito Libertador del Perú.
(2) GONZALES, Sergio. Hombres y mujeres de la Pampa: Tarapacá en el ciclo del salitre. Santiago de Chile: LOM, 2002, pp. 52-53.
(3) La cita es de: LAOS, Cipriano. "Teatro Forero". En: Lima "La ciudad de los Virreyes" (El Libro Peruano) 1928 - 1929". Paris: Editorial Perú, 1922.
(4) En la entrevista que le hizo Antonio Garland en la revista Mundial, publicada el 8 de febrero de 1929, Manuel María Forero cuenta que inicialmente el teatro iba a seguir llamándose Olimpo pero que el presidente Agusto B. Leguía lo convenció de colocarle su apellido en homenaje a su padre Emilio, un ex parlamentario. El escudo original del teatro, compuesto por sus iniciales (TF), todavía puede verse en el foyer del edificio.
(5) BERLANT, Lauren. El corazón de la nación. Ensayos sobre política y sentimentalismo. México D.F : Fondo de Cultura Económica, 2012.
(6) A inicios del siglo XX, la persecución y represión contra los habitantes peruanos de Tacna, Arica y Tarapacá sufrió un incremento. En esos años, la "chilenización" no sólo fue promovida por el Estado sino también por la sociedad civil chilena organizada en ligas y clubes. Jorge Basadre, familiar de Manuel María Forero, fue testigo de ello y lo cuenta en Infancia en Tacna.